Propuesta para la Estrategia Nacional de Drogas 2026–2030

Programa Piloto de Psicoterapia Asistida con Psicodélicos en el Sistema de Salud Uruguayo

Título de la propuesta:
Programa Piloto de Psicoterapia Asistida con Psicodélicos en el Sistema de Salud Uruguayo

Programa Piloto de Psicoterapia Asistida con Psicodélicos en el Sistema de Salud Uruguayo - Espacio para la participación - Estrategia Nacional de Drogas 2026-2030. Sociedad civil y trabajadores - Plataforma de Participación Ciudadana Digital
Resumen de la propuesta: Se propone la creación e implementación de un programa piloto nacional de psicoterapia asistida con psicodélicos (PAP) que incluya el uso clínico supervisado de sustancias como psilocibina, MDMA, LSD, ketamina, DMT y otros compuestos psicodélicos con potencial terapéutico, dentro de protocolos regulados, seguros y científicamente validados. Esta iniciativa se alinea con los principios de salud pública, reducción de daños, derechos humanos y políticas basadas en evidencia que sustentan la Estrategia Nacional de Drogas del Uruguay. Justificación: Numerosos estudios internacionales y experiencias clínicas —incluyendo una revisión exhaustiva de la evidencia presentada por el Instituto Psicodélico de Salud Mental y Terapia Familiar— demuestran que las terapias asistidas con psicodélicos pueden ser altamente efectivas en el tratamiento de condiciones de salud mental como depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, así como en el abordaje de trastornos por consumo de sustancias. Estas terapias son especialmente prometedoras para personas que no han respondido a tratamientos convencionales. Uruguay enfrenta desafíos significativos en salud mental, incluyendo una de las tasas de suicidio más altas de América Latina, junto con problemas persistentes de adicciones y desigualdades en el acceso a la atención. La ketamina, ya utilizada en el sistema de salud uruguayo como anestésico, sigue mostrando un gran potencial como intervención rápida para la ideación suicida, así como una alternativa innovadora para el tratamiento de ciertos trastornos por consumo de sustancias. Dado que esta sustancia ya se administra con seguridad en dosis más altas en contextos hospitalarios y veterinarios, se plantea como un candidato ideal para ser la primera sustancia evaluada en psicoterapia asistida con psicodélicos. En el ámbito de la salud mental, se administra en dosis subanestésicas, que producen experiencias plenamente psicodélicas. La ketamina ofrece ventajas metodológicas clave para la investigación: Puede compararse con otros psicodélicos abordando el desafío frecuente del uso de placebos inactivos en ensayos clínicos. Es versátil en su vía de administración (oral, intranasal, intravenosa, etc.), facilitando el diseño de estudios rigurosos. Tiene una duración aguda corta (40 minutos por vía intravenosa, 2 horas por vía oral), lo cual permite sesiones más manejables en comparación con la psilocibina, MDMA, LSD o ayahuasca (4 a 10 horas). Aunque la DMT tiene una duración aún menor (20 minutos), la ketamina también se ha utilizado en sesiones más prolongadas, permitiendo comparaciones válidas con otras sustancias psicodélicas. Es esencial que los profesionales clínicos que trabajen con estas terapias participen como voluntarios sanos en experiencias personales controladas con estas sustancias como parte de su formación, para acompañar con mayor empatía, comprensión y eficacia a los pacientes durante sus procesos terapéuticos. Empleo y oportunidades profesionales: Además de los beneficios terapéuticos, esta iniciativa ofrece la posibilidad de generar empleo en un campo emergente, regulado y basado en la innovación científica. Si bien los profesionales de salud mental licenciados —como psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras— serían los encargados de liderar las intervenciones clínicas, el modelo también contempla la inclusión de una nueva categoría de profesionales capacitados: Coaches psicodélicos, facilitadores y especialistas en integración, quienes, aunque no cuenten con licencia clínica, serían formados y certificados para brindar apoyo en la preparación y en la integración posterior a las sesiones psicodélicas, en roles no clínicos y bajo supervisión. Esto permitiría crear nuevas oportunidades laborales dignas y fomentar el desarrollo profesional en un sector innovador. Además, estos trabajadores de apoyo podrían recibir formación complementaria en programas de recuperación de adicciones basados en evidencia, como SMART Recovery, y en enfoques de terapia cognitivo-conductual. Apoyo institucional y financiamiento: Diversas instituciones —públicas y privadas— podrían desempeñar un rol fundamental en la capacitación profesional, la investigación y la difusión de las terapias asistidas con psicodélicos. Entre ellas, el Instituto Psicodélico de Salud Mental y Terapia Familiar (https://institutopsicodelico.org ) , actualmente en formación y liderado por un terapeuta e investigador psicodélico con experiencia internacional radicado en Uruguay, podría contribuir significativamente en el desarrollo de programas formativos, diseño curricular y educación comunitaria. La implementación de un programa piloto de psicoterapia asistida con psicodélicos en Uruguay podría beneficiarse enormemente de una red de colaboración interinstitucional amplia y diversa. A nivel académico, instituciones como la Universidad de la República (UDELAR) —incluyendo la Facultad de Medicina, la Facultad de Psicología y el grupo de investigación ARCHÉ— pueden aportar conocimientos científicos, formación profesional y evaluación ética. Asimismo, centros como el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), la Universidad Católica del Uruguay (UCU) y la Universidad ORT podrían participar en investigación, diseño curricular y apoyo interdisciplinario. En el sector salud, actores como el Ministerio de Salud Pública (MSP), la Junta Nacional de Drogas (JND), la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y el Hospital de Clínicas serían claves para integrar estos tratamientos al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), con garantías de seguridad, equidad y calidad de atención. También se reconoce el rol fundamental de asociaciones científicas y gremiales como la Sociedad Uruguaya de Psiquiatría, la Sociedad de Anestesiología del Uruguay, la Sociedad Uruguaya de Psicología Médica y el Colegio de Psicólogos del Uruguay en el establecimiento de estándares profesionales, protocolos clínicos y marcos éticos. Además, organizaciones de la sociedad civil —como la Red de Usuarios de Salud Mental, AFAPSI, y grupos que trabajan en reducción de daños y apoyo comunitario— pueden contribuir a garantizar que las voces de los usuarios estén representadas, fomentando un enfoque participativo, inclusivo y centrado en la persona. Finalmente, se alienta la colaboración internacional con entidades de países vecinos donde ya se han implementado terapias asistidas con ketamina, como Brasil y Paraguay, así como con redes académicas y organizaciones internacionales especializadas en medicina psicodélica, investigación clínica y salud pública. Se deberían explorar mecanismos de financiamiento diversos —públicos, privados e internacionales— que garanticen la sostenibilidad y calidad científica del programa piloto. Componentes clave del programa propuesto: -Establecer centros piloto en instituciones públicas o mixtas para ofrecer psicoterapia asistida con psicodélicos bajo estrictos estándares éticos y clínicos. -Desarrollar trayectorias formativas para profesionales clínicos y roles de apoyo no clínicos (como coaches y facilitadores), inspiradas en programas emergentes como los propuestos por el Instituto Psicodélico. -Diseñar protocolos rigurosos de evaluación y seguimiento, que incluyan indicadores a largo plazo en salud mental, adicciones, calidad de vida y seguridad del paciente. -Implementar un marco regulatorio claro, que defina las sustancias autorizadas, criterios de inclusión, consentimiento informado, usos terapéuticos y supervisión ética. -Garantizar el acceso equitativo a estas terapias, integrándolas al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), priorizando a poblaciones vulnerables y promoviendo el financiamiento público. -Fomentar la investigación, la transparencia y la participación ciudadana, involucrando a instituciones académicas, expertos en salud pública, organizaciones de usuarios y sociedad civil en el diseño e implementación del programa. Beneficios esperados: -Innovación terapéutica para enfrentar la crisis de salud mental en Uruguay, incluyendo la elevada tasa de suicidios. -Nuevas opciones de tratamiento para los trastornos por consumo de sustancias, respaldadas por evidencia científica emergente. -Creación de empleo digno y especializado, tanto en roles clínicos como no clínicos. -Mayor integración entre la ciencia, la salud y las políticas públicas, posicionando a Uruguay como referente regional en el desarrollo responsable de terapias psicodélicas. -Una alternativa humana y basada en evidencia científica frente a modelos punitivos o desactualizados de políticas de drogas. Conclusión: Solicitamos respetuosamente que esta propuesta sea considerada para su inclusión en la Estrategia Nacional de Drogas 2026–2030. Se trata de una iniciativa innovadora, fundada en la ciencia, la salud pública, la equidad y el cuidado —en plena sintonía con la historia pionera de Uruguay en materia de políticas de drogas humanas y progresistas. Michael DeMarco, PhD https://institutopsicodelico.org | https://psychedelicmentalhealth.net https://matrix.to/#/@psychedelicmentalhealth:matrix.org

Resumen de la propuesta:

Se propone la creación e implementación de un programa piloto nacional de psicoterapia asistida con psicodélicos (PAP) que incluya el uso clínico supervisado de sustancias como psilocibina, MDMA, LSD, ketamina, DMT y otros compuestos psicodélicos con potencial terapéutico, dentro de protocolos regulados, seguros y científicamente validados. Esta iniciativa se alinea con los principios de salud pública, reducción de daños, derechos humanos y políticas basadas en evidencia que sustentan la Estrategia Nacional de Drogas del Uruguay.


Justificación:

Numerosos estudios internacionales y experiencias clínicas —incluyendo una revisión exhaustiva de la evidencia presentada por el Instituto Psicodélico de Salud Mental y Terapia Familiar— demuestran que las terapias asistidas con psicodélicos pueden ser altamente efectivas en el tratamiento de condiciones de salud mental como depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, así como en el abordaje de trastornos por consumo de sustancias.

Estas terapias son especialmente prometedoras para personas que no han respondido a tratamientos convencionales. Uruguay enfrenta desafíos significativos en salud mental, incluyendo una de las tasas de suicidio más altas de América Latina, junto con problemas persistentes de adicciones y desigualdades en el acceso a la atención.

La ketamina, ya utilizada en el sistema de salud uruguayo como anestésico, sigue mostrando un gran potencial como intervención rápida para la ideación suicida, así como una alternativa innovadora para el tratamiento de ciertos trastornos por consumo de sustancias. Dado que esta sustancia ya se administra con seguridad en dosis más altas en contextos hospitalarios y veterinarios, se plantea como un candidato ideal para ser la primera sustancia evaluada en psicoterapia asistida con psicodélicos. En el ámbito de la salud mental, se administra en dosis subanestésicas, que producen experiencias plenamente psicodélicas.

La ketamina ofrece ventajas metodológicas clave para la investigación:

  • Puede compararse con otros psicodélicos abordando el desafío frecuente del uso de placebos inactivos en ensayos clínicos.
  • Es versátil en su vía de administración (oral, intranasal, intravenosa, etc.), facilitando el diseño de estudios rigurosos.
  • Tiene una duración aguda corta (40 minutos por vía intravenosa, 2 horas por vía oral), lo cual permite sesiones más manejables en comparación con la psilocibina, MDMA, LSD o ayahuasca (4 a 10 horas).
  • Aunque la DMT tiene una duración aún menor (~20 minutos), la ketamina también se ha utilizado en sesiones más prolongadas, permitiendo comparaciones válidas con otras sustancias psicodélicas.

Es esencial que los profesionales clínicos que trabajen con estas terapias participen como voluntarios sanos en experiencias personales controladas con estas sustancias como parte de su formación, para acompañar con mayor empatía, comprensión y eficacia a los pacientes durante sus procesos terapéuticos.


Empleo y oportunidades profesionales:

Además de los beneficios terapéuticos, esta iniciativa ofrece la posibilidad de generar empleo en un campo emergente, regulado y basado en la innovación científica. Si bien los profesionales de salud mental licenciados —como psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras— serían los encargados de liderar las intervenciones clínicas, el modelo también contempla la inclusión de una nueva categoría de profesionales capacitados:

  • Coaches psicodélicos, facilitadores y especialistas en integración, quienes, aunque no cuenten con licencia clínica, serían formados y certificados para brindar apoyo en la preparación y en la integración posterior a las sesiones psicodélicas, en roles no clínicos y bajo supervisión.

Esto permitiría crear nuevas oportunidades laborales dignas y fomentar el desarrollo profesional en un sector innovador. Además, estos trabajadores de apoyo podrían recibir formación complementaria en programas de recuperación de adicciones basados en evidencia, como SMART Recovery, y en enfoques de terapia cognitivo-conductual.


Apoyo institucional y financiamiento:

Diversas instituciones —públicas y privadas— podrían desempeñar un rol fundamental en la capacitación profesional, la investigación y la difusión de las terapias asistidas con psicodélicos. Entre ellas, el Instituto Psicodélico de Salud Mental y Terapia Familiar, actualmente en formación y liderado por un terapeuta e investigador psicodélico con experiencia internacional radicado en Uruguay, podría contribuir significativamente en el desarrollo de programas formativos, diseño curricular y educación comunitaria.

La implementación de un programa piloto de psicoterapia asistida con psicodélicos en Uruguay podría beneficiarse enormemente de una red de colaboración interinstitucional amplia y diversa. A nivel académico, instituciones como la Universidad de la República (UDELAR) —incluyendo la Facultad de Medicina, la Facultad de Psicología y el grupo de investigación ARCHE— pueden aportar conocimientos científicos, formación profesional y evaluación ética. Asimismo, centros como el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), la Universidad Católica del Uruguay (UCU) y la Universidad ORT podrían participar en investigación, diseño curricular y apoyo interdisciplinario.

En el sector salud, actores como el Ministerio de Salud Pública (MSP), la Junta Nacional de Drogas (JND), la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y el Hospital de Clínicas serían claves para integrar estos tratamientos al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), con garantías de seguridad, equidad y calidad de atención.

También se reconoce el rol fundamental de asociaciones científicas y gremiales como la Sociedad Uruguaya de Psiquiatría, la Sociedad de Anestesiología del Uruguay, la Sociedad Uruguaya de Psicología Médica y el Colegio de Psicólogos del Uruguay en el establecimiento de estándares profesionales, protocolos clínicos y marcos éticos.

Además, organizaciones de la sociedad civil —como la Red de Usuarios de Salud MentalAFAPSI, y grupos que trabajan en reducción de daños y apoyo comunitario— pueden contribuir a garantizar que las voces de los usuarios estén representadas, fomentando un enfoque participativo, inclusivo y centrado en la persona.

Finalmente, se alienta la colaboración internacional con entidades de países vecinos donde ya se han implementado terapias asistidas con ketamina, como Brasil y Paraguay, así como con redes académicas y organizaciones internacionales especializadas en medicina psicodélica, investigación clínica y salud pública.

Se deberían explorar mecanismos de financiamiento diversos —públicos, privados e internacionales— que garanticen la sostenibilidad y calidad científica del programa piloto.


Componentes clave del programa propuesto:

  1. Establecer centros piloto en instituciones públicas o mixtas para ofrecer psicoterapia asistida con psicodélicos bajo estrictos estándares éticos y clínicos.
  2. Desarrollar trayectorias formativas para profesionales clínicos y roles de apoyo no clínicos (como coaches y facilitadores), inspiradas en programas emergentes como los propuestos por el Instituto Psicodélico.
  3. Diseñar protocolos rigurosos de evaluación y seguimiento, que incluyan indicadores a largo plazo en salud mental, adicciones, calidad de vida y seguridad del paciente.
  4. Implementar un marco regulatorio claro, que defina las sustancias autorizadas, criterios de inclusión, consentimiento informado, usos terapéuticos y supervisión ética.
  5. Garantizar el acceso equitativo a estas terapias, integrándolas al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), priorizando a poblaciones vulnerables y promoviendo el financiamiento público.
  6. Fomentar la investigación, la transparencia y la participación ciudadana, involucrando a instituciones académicas, expertos en salud pública, organizaciones de usuarios y sociedad civil en el diseño e implementación del programa.

Beneficios esperados:

  • Innovación terapéutica para enfrentar la crisis de salud mental en Uruguay, incluyendo la elevada tasa de suicidios.
  • Nuevas opciones de tratamiento para los trastornos por consumo de sustancias, respaldadas por evidencia científica emergente.
  • Creación de empleo digno y especializado, tanto en roles clínicos como no clínicos.
  • Mayor integración entre la ciencia, la salud y las políticas públicas, posicionando a Uruguay como referente regional en el desarrollo responsable de terapias psicodélicas.
  • Una alternativa humana y basada en evidencia científica frente a modelos punitivos o desactualizados de políticas de drogas.

Conclusión:

Solicitamos respetuosamente que esta propuesta sea considerada para su inclusión en la Estrategia Nacional de Drogas 2026–2030. Se trata de una iniciativa innovadora, fundada en la ciencia, la salud pública, la equidad y el cuidado —en plena sintonía con la historia pionera de Uruguay en materia de políticas de drogas humanas y progresistas.


Proposal for Uruguay’s National Drug Strategy 2026–2030

Title of the proposal:
Pilot Program for Psychedelic-Assisted Psychotherapy in the Uruguayan Health System


Summary of the proposal:

We propose the creation and implementation of a national pilot program for psychedelic-assisted psychotherapy (PAP) that includes the supervised clinical use of substances such as psilocybin, MDMA, LSD, ketamine, DMT, and other psychedelic compounds with therapeutic potential, within regulated, safe, and scientifically validated protocols. This initiative aligns with the principles of public health, harm reduction, human rights, and evidence-based policymaking that underpin Uruguay’s National Drug Strategy.


Justification:

Numerous international studies and clinical experiences — including a thorough review of the evidence presented by the Instituto Psicodélico de Salud Mental y Terapia Familiar — demonstrate that psychedelic-assisted therapies can be highly effective in treating mental health conditions such as depression, anxiety, and post-traumatic stress disorder, as well as substance use disorders.

These therapies show particular promise for individuals who have not responded to conventional treatments. Uruguay currently faces serious mental health challenges, including one of the highest suicide rates in Latin America, along with persistent issues related to addiction and uneven access to care.

Ketamine, already in use within the Uruguayan healthcare system as an anesthetic, continues to demonstrate strong potential as a rapid-acting intervention for suicidal ideation, as well as an innovative approach to treating certain substance use disorders. Since it is already administered safely at much higher doses in hospitals and veterinary settings, ketamine is well-suited to be the first substance tested in psychedelic-assisted psychotherapy protocols. In mental health contexts, it is given at sub-anesthetic doses, which have been shown to produce fully psychedelic experiences.

Ketamine’s characteristics offer methodological advantages for research:

  • It can be compared to other psychedelic medicines while addressing the common challenge of placebo blinding in clinical trials.
  • It is administered via multiple routes (oral, intranasal, intravenous, etc.), making it adaptable to different study designs.
  • Its shorter acute effect duration (40 minutes by IV, 2 hours orally) allows for more manageable therapy sessions compared to psilocybin, MDMA, LSD, or ayahuasca, which last 4–10 hours.
  • While DMT is shorter-acting (~20 minutes), ketamine has also been prescribed for longer sessions when necessary, allowing valid comparisons across psychedelic modalities.

It is essential that psychedelic clinicians participate in personal, supervised experiences with these substances as healthy volunteers during their training in order to safely and empathetically guide patients through psychedelic therapy.


Workforce and Employment Opportunities:

In addition to the public health benefits, this initiative offers the potential for job creation in a regulated and emerging field of therapeutic innovation. While licensed mental health professionals — such as psychologists, psychotherapists, and psychiatrists — would lead clinical interventions, the model also envisions the inclusion of a new category of trained support professionals:

  • Psychedelic coaches, facilitators, and integration specialists, who, although not licensed clinicians, would be trained and certified to support session preparation and post-session integration in non-clinical roles under appropriate supervision.

This creates meaningful, diverse employment opportunities across both clinical and non-clinical domains. These support professionals can also be trained in evidence-based substance abuse recovery models such as SMART Recovery and cognitive-behavioral therapy (CBT)–informed practices.


Institutional Support and Funding:

Several institutions — both public and private — could play a vital role in the training, research, and dissemination of psychedelic-assisted therapies. Among them, the Instituto Psicodélico de Salud Mental y Terapia Familiar, currently in formation and led by an experienced psychedelic therapist and researcher who has relocated to Uruguay, may contribute significantly to professional development, curriculum design, and public education.

The implementation of a pilot program for psychedelic-assisted psychotherapy in Uruguay could greatly benefit from a broad and diverse network of inter-institutional collaboration. At the academic level, institutions such as the University of the Republic (UDELAR)—including the Faculty of Medicine, the Faculty of Psychology, and the ARCHE research group—can provide scientific expertise, professional training, and ethical oversight. Additional centers such as the Clemente Estable Institute of Biological Research (IIBCE), the Catholic University of Uruguay (UCU), and Universidad ORT could contribute to research, curriculum development, and interdisciplinary support.

In the healthcare sector, entities such as the Ministry of Public Health (MSP), the National Drug Board (JND), the State Health Services Administration (ASSE), and the Hospital de Clínicas would be key in integrating these treatments into the National Integrated Health System (SNIS), ensuring safety, equity, and quality of care.

Professional and scientific associations such as the Uruguayan Society of Psychiatry, the Uruguayan Society of Anesthesiology, the Uruguayan Society of Medical Psychology, and the College of Psychologists of Uruguay can contribute to establishing professional standards, clinical protocols, and ethical frameworks.

Civil society organizations — such as the Mental Health Users NetworkAFAPSI (Association of Family and Friends of People with Mental Disorders), and groups working in harm reduction and community-based support — also play a crucial role in ensuring that users' voices are represented and that the approach remains participatory, inclusive, and person-centered.

Finally, international collaboration is strongly encouraged with neighboring countries such as Brazil and Paraguay, where ketamine-assisted therapy is already in practice, as well as with academic networks and global organizations focused on psychedelic medicine, clinical research, and public health.

A combination of public funding, private investment, and international grants or partnerships should be explored to support the financial sustainability and scientific integrity of the pilot program.


Key Components of the Proposed Program:

  1. Establish pilot centers within public or mixed institutions to provide psychedelic-assisted psychotherapy under strict clinical and ethical protocols.
  2. Develop training pathways for both licensed clinicians and non-clinical support roles (e.g., coaches and facilitators), modeled in part on emerging training programs like those proposed by the Instituto Psicodélico.
  3. Design rigorous monitoring and evaluation protocols, including long-term follow-up for outcomes in mental health, substance use, quality of life, and patient safety.
  4. Create a clear regulatory framework defining approved substances, eligibility criteria, informed consent, therapeutic applications, and ethical oversight.
  5. Ensure equitable access to treatment by integrating psychedelic therapies into the National Integrated Health System (SNIS), prioritizing vulnerable populations and supporting public funding models.
  6. Promote transparency, research, and civic engagement by including academic institutions, user advocacy groups, public health experts, and civil society organizations in the program’s design and governance.

Expected Benefits:

  • Therapeutic innovation to address Uruguay’s mental health crisis, including its high suicide rate.
  • Effective, evidence-based options for the treatment of addiction and substance use disorders.
  • Creation of new, dignified jobs in both clinical and non-clinical areas.
  • Greater integration of science, health, and public policy, positioning Uruguay as a regional leader in the responsible and ethical use of psychedelic therapies.
  • A humane, evidence-based alternative to punitive or outdated drug policy approaches.

Conclusion:

We respectfully request that this proposal be considered for inclusion in Uruguay’s National Drug Strategy 2026–2030. It represents a forward-thinking initiative grounded in science, public health, equity, and care — fully aligned with Uruguay’s pioneering legacy in progressive and humane drug policy.

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